Marruecos era uno de esos destinos que tenía pendiente. Desde que llegué a Francia me había llamado la atención, sentía que iba a ser de esos lugares que me iba a dejar huella. Un día vi una emisión de un programa que me gusta mucho, Echappées Belles, la cual trascurría en Marruecos y me pareció increíble. Durante esa emisión mostraron un pueblito que me pareció divino, Chefchaouen. Después de haber visto esa programa, sabía que si algún día iba a Marruecos tenía que visitar Chefchaouen.
Acabo de llegar de pasar una semana en Marruecos y efectivamente fue un país que me dejo huella. Es de esos destinos que tienen varias estrellitas en mi lista porque me permitió descubrir no solo un nuevo destino, sino conocer personas increíbles y me brindó muchas sonrisas.
La comida en Marruecos es increiblemente deliciosa. Mis favoritos, tajine con carne, almendras y ciruelas y el "Msemmen", un panecito una delicia!!!!!!!! Otra cosa deliciosa son las berenjenas fritas que venden en la plaza principal, que cosa más rica. Además con ese calor, un juguito de naranja dulce nunca cae mal. Y el té de hierbabuena, delicioso!!
Y como lo había pensado, Chefchaouen fue lo mejor de mi viaje!!! Es una ciudad pequeñita, tranquila, cuyo azul brinda tranquilidad y hace que uno se sienta a gusto. Como no hay tantos turistas, uno puede caminar mucho más tranquilo sin que lo estén acosando para venderle algo. Es una ciudad encantadora! Yo podía pasar por la misma callecita 10 veces al día y no me cansaba. Además la gente es increíblemente amable, siempre dispuestos a ayudar y con una sonrisa por ofrecer.
Mi sitio favorito en Chefchaouen fue un restaurante pequeñito que se encontraba al bajar del hostal donde me estaba quedando. El señor sólo vendía "Bissara" (sopa de habas). Como a mi me encantan las habas tostadas, pues dije que muy probablemente me iba a gustar la sopa de habas también. Es una sopita rica, calórica, con bastante aceite de oliva. Cuando salía a caminar siempre me gustaba tomarme un te de hierbabuena en este restaurantico. El señor era super amable.
En Chefchaouen también conocí a un grupo de niños divinos. Un día que salí a caminar me los encontré y nos pusimos a charlar. Ellos querían tomar una foto con mi cámara, así que cada uno tomo una foto. Una de las niñas, la que mejor francés hablaba fue mi angelito del viaje. Una niña tierna, dulce y con una linda sonrisa. Cuando le pregunté si todos eran amigos o familia, ella me respondió "mis amigos son como mi familia".
En definitiva, mi viaje a Marruecos fue una experiencia única. Es de esos destinos que uno disfruta de principio a fin, de esos en los que más que conocer lugares, se viven experiencias y se comparten sonrisas. Habrá que regresar!
En este link pueden ver las fotos de mis días en Marruecos.
Shukran!!!!!!
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