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Helsinki



Asistir a conferencias no es solo una oportunidad para llenarse de ideas y ampliar el círculo académico, es también una forma de conocer nuevos lugares y estilos de vida. La semana pasada estuve en una conferencia en Helsinki y fue mi primera vez en los países nórdicos. Debo admitir que esperaba un poco más. Ciudades como Copenhague u Oslo son conocidas por su encanto; sin embargo Helsinki aunque tiene el toque nórdico no es una ciudad que cautive. Es una ciudad pequeña que puede ser fácilmente recorrida caminando, uno de sus mayores atractivos, en mi opinión, es el puerto. Cerca al puerto hay un mercado y varios restaurantes, además es súper agradable caminar. Un día fuimos a un restaurante de carne, una delicia, una carne tierna, jugosa y de excelente sabor. El pescado parece también ser muy bueno.


Para mi gusto, Helsinki me pareció una ciudad demasiado tranquila. Uno sale a caminar a las 7 de la noche y parece que fuera media noche porque no hay nadie en las calles. Yo iba de Delhi, donde el caos y el ruido es un común denominador, y claramente el cambio me pareció muy drástico. La verdad, creo que prefiero las ciudades un poco desordenadas y caóticas. La última noche fuimos a tomarnos algo con unos compañeros de la conferencia, en el grupo había un chico de Kenia quien llevaba viviendo 3 años en Helsinki. El me contaba que durante el invierno la gente se deprime mucho y la tasa de suicidios aumenta considerablemente. Debe ser muy difícil pasar el día sin ver la luz del sol. El me contaba que la gente no interactuaba mucho y podían pasar semanas sin que le hablaran a alguien. Con ese escenario creo que es muy fácil deprimirse. El chico de Kenia me contaba que para él no era tan difícil porque él era una persona alegre y positiva, que veía el invierno como algo pasajero. Igual creo que debe ser duro pasar el día entero sin que salga el sol.



Durante la conferencia conocí a un par de chicas colombianas, así como a otros latinoamericanos. La verdad es que no sé si soy yo, pero cuando me encuentro con alguien latino estando tan lejos, siento que hay como un click instantáneo que permite desarrollar más fácil una charla. Con las chicas colombianas a las que conocí enseguida empezamos a hablar de un montón de cosas y a encontrar varias afinidades.

Creo que asistir a conferencias es no solo una oportunidad para ampliar los conocimientos académicos, sino también para ampliar los culturales y darnos cuenta de cómo en cada rincón del mundo hay una dinámica distinta e interesante de la cual aprender.
 

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