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Amanecer en Masada y ciclismo en Colombia




Amanecer en Masada
Parte del paseo fue subir a Masada a ver el amanecer. El día comenzó a las 3:30am, la cual era la hora de encuentro. En el hostal donde nos encontramos, todos teníamos cara de sueño pero todos estabamos listos para emprender el viaje. La noche anterior nos habían enviado un correo diciéndonos que dadas las inundaciones causadas por la fuerte lluvia del día anterior, había la posibilidad de que no pudiéramos ir a Masada, en cuyo caso visitaríamos otras partes del desierto. Cuando recibí ese correo me acordé del cambio de planes en India, cuando debido a las inundaciones no pudimos visitar Ladakh. Aunque en ese momento me dio pesar no poder visitar Ladak, el cambio de planes trajo consigo el descubrir de nuevos lugares. Así que dije bueno si no es Masada, serán otros sitios interesantes por descubrir. Finalmente sí pudimos llegar a Masada, cuyo ascenso lo comenzamos hacia las 5am. Yo me demoré aproximadamente 45 minutos en subir, a ratos me sentía cansada pero paraba, miraba el paisaje, tomaba aire y continuaba mi camino. Al llegar a la cima habían diferentes sitios desde donde disfrutar el sol levantarse allá, atrás del mar muerto. Ver el sol levantarse entre el desierto y el mar fue algo por lo que valió la pena haber subido.

Ruinas en Masada

Una vez descendimos de Masada, nos dirigimos hacia el Mar Muerto. Según el conductor que nos transportaba, los expertos creen que en 25 años ya no habrá Mar Muerto dado que la extracción de las sales que usan para preparar los jabones y demás productos lo están secando. Esto sumado a que no tiene muchas fuentes de irrigación, así que le sacan el agua pero no le llega. De camino al Mar Muerto paramos en un mirador donde la vista era increíble. El mar tenía un azul especial y los rayos de sol hacían que ese azul brillara un poco más.

Vista del Mar Muerto

En el grupo con el que hice el tour había un muchacho francés que había recorrido América Latina y una parte de Estados Unidos en bicicleta. Comenzó en Chile, pasó por Colombia, luego recorrió América Central, pasó por México y finalmente llegó a Los Angeles. El me contaba que en el país donde había sentido que el hecho de montar en bicicleta era algo importante era en Colombia. Donde, me contaba él, fue el único país donde la gente había parado en la carretera cuando los veía ,a ofrecerles agua, frutas, pan o simplemente, darles ánimo. Después de pasar casi 2 años recorriendo América Latina, me contaba que el regreso a Francia no había sido fácil, ... era de esperar.

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